MALV KENTRA
Artista visual/sonoro, compositor, tatuador e ingeniero de audio.


Semblanza
Licenciado en Artes Visuales con mención honorífica por la UMSNH. Dentro de su producción visual destacan la exposición individual Ahí están, Observa (2016), instalación de actos relacionales, y su participación en la XII edición de la Bienal Nacional Alfredo Zalce. Ha producido videoclips para sus proyectos de música popular con Cauce Mirlo y La Fevende; como miembro fundador de dichas agrupaciones le ha tocado compartir escenario en Festivales con La gusana ciega, Enjambre y Caloncho, entre otros. Ha participado en proyectos multidisciplinares como Abecerial Killer, con texto de Sergio J. Monreal y música de Eduardo Solís Marín, presentado en Colección SOMNUM bajo la dirección de Alejandro Escuer en el MuAC (2020). Compuso la música para el cortometraje ganador del XII FICM Donde nunca morirás, dirigido por Héctor Estrada.
Su música ha sido interpretada por el cuarteto de cuerdas José White, en el Laboratorio Sonoro de Centro Occidente por parte de la UDG, y en la Facultad de Música de la UNAM en el marco de Resonancias XXI. Ha grabado diversas obras musicales en el Conservatorio de las Rosas, así como en el Festival Internacional de Órgano de Morelia, el Festival Internacional de Órgano de Guanajuato y el Festival Internacional Cervantino.
Actualmente radica en la ciudad de Morelia, Mich., donde labora en su propio estudio de grabación Zanth Estudio y en el estudio de tatuaje Ictum. Trabaja también como dibujante de campo para la empresa Spanish Trails Tours de la ciudad de Barcelona, España.


Statement
Como artista deseo el equilibrio, el cual he buscado (algunas veces de manera inconsciente y quizá también paradójica) en los contrastes: desde dibujos de carácter hiperrealista, hasta trabajos de retrato en donde no me permito borrar una sola línea; desde el ruido estridente, hasta lo más armónico y canónico. Entre lo digital, el lápiz y el papel, entre la música por computadora y la acústica pura, permanezco en la búsqueda de los centros de equilibrio existentes en la creación a través de los extremos, cuya relación dialéctica pone de manifiesto aquello que en apariencia se muestra como contrario. Indago también la manera de irrumpir en los canales de comunicación por redes, donde la censura hacia el cuerpo desnudo coarta la libertad del artista al imponerse criterios moralistas que vetan lo sublime de nuestra piel. A través de la técnica del anaglifo, evoco un erotismo que exhibe nuestra humanidad libre de toda etiqueta, de nueva cuenta: la unidad, constituida en formas que resquebrajan los tabúes de la carne, permitiéndome hacer énfasis en la belleza del Eros dador de vida y placer.